Por: María José Casco
Impulso, la nueva película ecuatoriana, se destacó por su propuesta estética y creativa de su director Mateo Herrena. Una sencilla, pero problemática historia de una joven solitaria en busca de su padre, y la falta de temor hacía los acontecimientos extraños que la envuelven. La película, que se estrenó en mayo en las salas de Ecuador, recibió el premio Coup de Coeur, en el XXI Festival de Tolouse, en Francia.
El trabajo de producción y guión realizado, intencionalmente por el director, no sólo causo impulsos de temor sino diversas reacciones en sus espectadores. El incierto final de la historia, las complicadas escenas subconscientes del personaje principal y los elementos fantásticos creados en el ambiente, fueron parte de la conmoción del contexto. Sin embargo, el inicio del film no tiene un enganche adecuado con el público. El guión, demasiado sencillo, no produce buen efecto con la producción visual.
No cabe duda que la elaboración estética se refleja en el film: los planos vacios, los sonidos musicales y el realismo comunicativo que produce el blanco y negro tuvieron la perspectiva de soledad. Lo que encajó con el guión de Jessica (Cecilia Vallejo), la joven rebelde y callada de la capital. Sin embargo, la actriz principal no consiguió el objetivo de involucrarse en el personaje, pues sobreactuó en varias partes de las escenas.
Su mirada, la forma de caminar, y la actitud de Cecilia Vallejo en el personaje de Jessica tenían mucha semejanza con Teresa, más conocida como Tristeza, en la película ¿Qué tan lejos? En aquella ocasión, junto a Tania Martínez, no sólo tuvo elogios y premios en festivales, sino que fue una de las mejores protagonistas por la fresca sencillez que proyectó en su personaje.
En la película Impulso, Cecilia fue la misma Tristeza pero con botas negras y música rockera. No se mostró otro papel dentro de su actuación. Trató de sobreactuar sus guiones y no tuvo nada de naturalidad. Tal vez uno de los errores principales fue el escaso enfoque del guión o quizás la actriz no supo acoplarse en otro personaje que no sea Teresa.
Sin embargo, hay que considerar que la película en general es muy buena, pues a través de su historia sencilla logra expresar los problemas sociales de la migración. Un hecho que se vuelve, cada vez, más cotidiano en Ecuador. Una razón posible para que el director enfoque el clímax al final. Primero, para mostrar la problemática de los jóvenes que se quedan sin sus padres por la migración; segundo, para causar en el público la emoción y la fantasía que produce una película común.
Impulso, la nueva película ecuatoriana, se destacó por su propuesta estética y creativa de su director Mateo Herrena. Una sencilla, pero problemática historia de una joven solitaria en busca de su padre, y la falta de temor hacía los acontecimientos extraños que la envuelven. La película, que se estrenó en mayo en las salas de Ecuador, recibió el premio Coup de Coeur, en el XXI Festival de Tolouse, en Francia.
El trabajo de producción y guión realizado, intencionalmente por el director, no sólo causo impulsos de temor sino diversas reacciones en sus espectadores. El incierto final de la historia, las complicadas escenas subconscientes del personaje principal y los elementos fantásticos creados en el ambiente, fueron parte de la conmoción del contexto. Sin embargo, el inicio del film no tiene un enganche adecuado con el público. El guión, demasiado sencillo, no produce buen efecto con la producción visual.
No cabe duda que la elaboración estética se refleja en el film: los planos vacios, los sonidos musicales y el realismo comunicativo que produce el blanco y negro tuvieron la perspectiva de soledad. Lo que encajó con el guión de Jessica (Cecilia Vallejo), la joven rebelde y callada de la capital. Sin embargo, la actriz principal no consiguió el objetivo de involucrarse en el personaje, pues sobreactuó en varias partes de las escenas.
Su mirada, la forma de caminar, y la actitud de Cecilia Vallejo en el personaje de Jessica tenían mucha semejanza con Teresa, más conocida como Tristeza, en la película ¿Qué tan lejos? En aquella ocasión, junto a Tania Martínez, no sólo tuvo elogios y premios en festivales, sino que fue una de las mejores protagonistas por la fresca sencillez que proyectó en su personaje.
En la película Impulso, Cecilia fue la misma Tristeza pero con botas negras y música rockera. No se mostró otro papel dentro de su actuación. Trató de sobreactuar sus guiones y no tuvo nada de naturalidad. Tal vez uno de los errores principales fue el escaso enfoque del guión o quizás la actriz no supo acoplarse en otro personaje que no sea Teresa.
Sin embargo, hay que considerar que la película en general es muy buena, pues a través de su historia sencilla logra expresar los problemas sociales de la migración. Un hecho que se vuelve, cada vez, más cotidiano en Ecuador. Una razón posible para que el director enfoque el clímax al final. Primero, para mostrar la problemática de los jóvenes que se quedan sin sus padres por la migración; segundo, para causar en el público la emoción y la fantasía que produce una película común.
Una pequeña corrección, es Tania Hermida no Martínez... y concuerdo en ciertas partes con tu criterio, creo que había escenas que realmente podían ser quitadas del film y daban lo mismo, pero hay que resaltar el esfuerzo por las escenas de suspenso que se desarrollan durante todo el film
ResponderEliminarGracias CELF, por tu comentario, pero te comento que la crítica no tiene ninguna pequeña corrección, pues Tania Hermida es la directora de la película y Tania Martinez es la actriz principal,a la que me refiero.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, estoy de acuerdo nuestro mundo del cine está progresando.
Mi querida Mary Pepi tienes toda la razón!, disculpas públicas, un error mío de lectura... jeje pero gracias por la aclaración, me confundí con la directora y la actriz española... abrazo amiguita!!!
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