7 de octubre de 2009

soledad, no me dejes

Por: María José Casco
Maldita soledad que enciende mis sentidos
A veces me pregunto:
¿Por qué te teme la mayoría!
¿Por qué te hallas en este hogar!

Maldita soledad, que se pierde con los sonidos
Te he visto hacer llorar,
Te he visto sin verte

¡Maldita o bendita soledad!
Te observo desde el infinito,
Pero tu indiferencia duele más,
Qué tu indocilidad. Intrusa

Soy ajena a ti, ya sabes que yo no te temo,
Pero a veces ruego por ti, para que no me vacíes,
La mejor compañera, el peor nudo en la garganta.

¡Maldita soledad!, ya no me dejes
Mil veces me pregunte:
¿Por qué te teme la mayoría?
¿Por qué te hallas en este hogar?

2 comentarios:

  1. Que bonito poema.
    La soledad puede ser amiga o enemiga según tenga el día. A veces es como un resfriado y lo único que te queda es esperar a que se pase.
    Besos

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  2. Gracias amiguito por esas palabras. Es verdad, la soledad tiene sus dos miradas. Por qué no hacer de ella una poesía. A la que siempre nos acompaña.

    Saludos.

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