La dueña de un gato que
sobrevivió a un atropellamiento cuenta como a pesar de tener tres patitas tiene
una vida normal.
Hace
tres años atrás, unos jóvenes a la salida del Centro Comercial San Luis, en el
Valle de los Chillos, encontraron una bolita de pelos ensangrentada. Era un
gatito de apenas tres meses de edad que había sido atropellado y abandonado.
Los jóvenes no lo pensaron dos veces y lo llevaron al veterinario más cercano
para salvar su vida. Había perdido mucha
sangre y debieron amputar su pata delantera para que sobreviviera.
Seis
meses de cuidados especiales para curar sus heridas y su piel fueron necesarios
para que miguel, como lo bautizaron sus rescatistas, volviera a caminar. Así lo
recuerda Andrea Fernández, quien lo adoptó después de enterarse que necesitaba
un hogar.
“Miguel
para mí, en estos tres años que lo tengo, ha sido un compañero. Juntos hemos
vivido muchas cosas. Es una compañía que agradezco”, sostiene Andrea, tras
comentar sobre la responsabilidad que deben tener las personas con sus
mascotas. En el caso de miguel, apenas se convirtió en un adulto, fue
esterilizado como un método ético para evitar la sobrepoblación.
La historia de miguel y
la suerte de otros animales
Miguel,
es un ejemplo de los animales que corren la suerte de ser abandonados o haberse
perdido. La mayoría de veces los
animales son atropellados y no tienen la suerte de ser rescatados. En las
avenidas Simón Bolívar y Ruta Viva, tras dos horas de recorrido por sosanimal, se
pudo observar alrededor de 11 animales muertos. La mayoría se encontraron en
estado de descomposición.
En
ese sentido, Fauna Animal del Centro de Operaciones de Emergencia del Distrito
Metropolitano de Quito busca evitar que existan animales de compañía abandonados.
Según Cristóbal Alban, coordinador general de la entidad, se trabaja para concienciar a las personas. Además, recurren a los rescates que se receptan al 911. Sin
embargo, cuando el animal ha fallecido, la Empresa Pública Metropolitana de
Aseo se encarga de recogerlos.
Alban
afirma que el COE trabaja en coordinación con las organizaciones de protección
animal, como es el caso de Protección Animal Ecuador. Sin embargo, aclara que
no todos los animales abandonados son recogidos por estas entidades. El motivo,
según explica, es porque existe sobrepoblación de los animales y porque se
evita que se genere la irresponsabilidad de las personas que los abandonan a su
suerte.
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