Al camino voy, cada día más cercana al vínculo de ese llamado sentimiento de amor. Qué no se ve, pero se siente de una manera irónica, que nace de la nada y sin previo aviso. Y ahora me toca a mí llegar. Llegar dónde muchos han conseguido estar y terminar de varias maneras. Sin miedo al vacío con tal de visualizar y sentir ese intercambio de almas.
Muchas veces intente correr, evitarlo para no salir dolida, pero la luna favoreció al encuentro. Un encuentro de confusión. Ahora no sé como terminar con lo que tengo clavado en el corazón. Un sentimiento que nació por dejarlo suelto. Se me escapo como aquellas tres veces cuando sin querer,abrí sus puertas, aceptando su escape.
Muchas veces intente correr, evitarlo para no salir dolida, pero la luna favoreció al encuentro. Un encuentro de confusión. Ahora no sé como terminar con lo que tengo clavado en el corazón. Un sentimiento que nació por dejarlo suelto. Se me escapo como aquellas tres veces cuando sin querer,abrí sus puertas, aceptando su escape.
Ahora, estoy en medio de la duda. De un sentimiento que no sabe sí es correspondido, pero se siente cercano y amable. Nunca he sentido mariposas en el estomago, pero he sentido algo más directo al corazón . Algo que aprieta cuando los ojos o la mente se centran en el objetivo.
¿Qué hacer? Muchas veces me han dicho que no vale la pena. Qué lo deje, que olvide. Qué el tiempo lo cura todo, pero no entiendo en dónde está la falla. Quizás esos corazones lo conocen más que yo. Y yo quiero jugarmelo todo, pero eso significaría perder en el intento. Y eso, es lo que menos quiero.
Ahora, voy a olvidarlo, pensare que lo perdí en algún lado por no cuidarlo. Aunque esa historia construida en mi cabeza no pueda creerlo ni jurarlo -sobre todo-, porque está por verse todavía.
¿Qué hacer? Muchas veces me han dicho que no vale la pena. Qué lo deje, que olvide. Qué el tiempo lo cura todo, pero no entiendo en dónde está la falla. Quizás esos corazones lo conocen más que yo. Y yo quiero jugarmelo todo, pero eso significaría perder en el intento. Y eso, es lo que menos quiero.
Ahora, voy a olvidarlo, pensare que lo perdí en algún lado por no cuidarlo. Aunque esa historia construida en mi cabeza no pueda creerlo ni jurarlo -sobre todo-, porque está por verse todavía.
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