Son las 03:05, exactamente, y sigo sin saber que escribir. No es que no sepa como narrar el viaje a Cuyabeno porque ya lo viví; pero siempre cuando me siento a escribir tengo que ir directo al Internet y me entretengo con el hi5, Hotmail, horóscopo…
Por ejemplo, al momento, estoy mirando las fotos pasadas del hi5. Ahí vi que me has etiquetado, y de repente te encontré. Te encontré en las fotos que ya no he vuelto a ver hace mucho tiempo. Fotos que a pesar del tiempo siguen reflejando esas emociones pasadas, gestos plasmados, vidas que por un momento aprovecharon el instante para posar y conmovieron sentimientos.
Leí tus comentarios, y de repente sentí como si hubiera sido ayer cuando disfrutábamos de la fiesta. Te acuerdas. Casi, casi nos fotografiaron happys, happys
Recuerdo cuando nos amanecíamos en tu casa haciendo trabajos y, muchas veces, sin hacer nada. Sólo riéndonos de la vida, filosofando temas o muchas veces dormitando. ¡Qué rica vida carajo!
Una de esas noches de tantas risas, hasta tu mami nos salió hablar porque no dejábamos dormir a tus ñaños… Si que estuve avergonzada, pero tú no. Sólo me miraste y te volviste a reír. Chistosa.
Estoy en esas ahora. Son las 03:30 y hace frío. Está madrugada me recordó tu amistad. Son bonitas las madrugadas añejadas con recuerdos, con fotos que no mueren. Estáticas en la historia. Aquellos tiempos donde todo era perfecto. Sabes, te agradezco infinitamente tu amistad. Por haberme abierto tu corazón aquel tiempo. Y aunque poco a poco el destino, los caminos diferentes, cambio nuestro sendero. Sé que estamos mucho mejor. Haciendo lo que nos gusta y encontrándonos en todo lo que hacemos.
En aquel viaje a Cuyabeno, que te mencionó más arriba, tuve otro sentimiento extraño. Volví a recordarte y me dije a mi misma en voz baja: “como quisiera que la Ju este aquí”. El cassette del viaje a Salinas de Guaranda pasó por mi mente. Cuando de regreso, de aquel viaje, preferimos quedarnos en otro lugar con un grupo de amigos para seguir la aventura sin profesores. Claro, y regresamos a Quito sin maletas porque al chico que encargamos no volvió aparecer en Riobamba sino al cuarto día en la Universidad…
Mientras me reía de ese pedacito de recuerdo, un profesor que subió al bus volvió a contar a los alumnos y me despertó a la realidad. Luego, continúe ese viaje sola.
¿Estamos los seres humanos realmente solos? Me pregunte mirando a la ventana mientras el bus partía. ¿Andamos solos enfrentando obstáculos? , volviendo a reflexionar, como lo hacía contigo. Luego, pude contestarme: Mientras estamos en nuestra búsqueda de sueños podemos encontrarnos con seres que tienen similares intereses. Aliados, amigos, conocidos que disfrutan el momento. Compartiendo sus vidas un buen rato; pero, luego, volvemos a despertamos y nos reencontramos con nuestra propia vida cara a cara. Y ahí nos damos cuenta que nuestro camino sigue su marcha y que el proceso que viviste junto con esos seres solo quedo en los recuerdos de una imagen plasmada en el tiempo.
Posdata 1: Sé que no te volveré a ver. Te fuiste en el tiempo y la verdad nunca pude saber que paso con nuestra amistad. No tengo respuesta ni una razón concreta. Preferiste huir de tus problemas y refugiarte en los viajes en busca de un mundo mejor; dejando a tus amigas preocupadas y sin saber nada de ti.
Tu adiós, para mi, fue con un mensaje en el messeger diciendo: “Majito perdóname por todo”.
Por ejemplo, al momento, estoy mirando las fotos pasadas del hi5. Ahí vi que me has etiquetado, y de repente te encontré. Te encontré en las fotos que ya no he vuelto a ver hace mucho tiempo. Fotos que a pesar del tiempo siguen reflejando esas emociones pasadas, gestos plasmados, vidas que por un momento aprovecharon el instante para posar y conmovieron sentimientos.
Leí tus comentarios, y de repente sentí como si hubiera sido ayer cuando disfrutábamos de la fiesta. Te acuerdas. Casi, casi nos fotografiaron happys, happys
Recuerdo cuando nos amanecíamos en tu casa haciendo trabajos y, muchas veces, sin hacer nada. Sólo riéndonos de la vida, filosofando temas o muchas veces dormitando. ¡Qué rica vida carajo!
Una de esas noches de tantas risas, hasta tu mami nos salió hablar porque no dejábamos dormir a tus ñaños… Si que estuve avergonzada, pero tú no. Sólo me miraste y te volviste a reír. Chistosa.
Estoy en esas ahora. Son las 03:30 y hace frío. Está madrugada me recordó tu amistad. Son bonitas las madrugadas añejadas con recuerdos, con fotos que no mueren. Estáticas en la historia. Aquellos tiempos donde todo era perfecto. Sabes, te agradezco infinitamente tu amistad. Por haberme abierto tu corazón aquel tiempo. Y aunque poco a poco el destino, los caminos diferentes, cambio nuestro sendero. Sé que estamos mucho mejor. Haciendo lo que nos gusta y encontrándonos en todo lo que hacemos.
En aquel viaje a Cuyabeno, que te mencionó más arriba, tuve otro sentimiento extraño. Volví a recordarte y me dije a mi misma en voz baja: “como quisiera que la Ju este aquí”. El cassette del viaje a Salinas de Guaranda pasó por mi mente. Cuando de regreso, de aquel viaje, preferimos quedarnos en otro lugar con un grupo de amigos para seguir la aventura sin profesores. Claro, y regresamos a Quito sin maletas porque al chico que encargamos no volvió aparecer en Riobamba sino al cuarto día en la Universidad…
Mientras me reía de ese pedacito de recuerdo, un profesor que subió al bus volvió a contar a los alumnos y me despertó a la realidad. Luego, continúe ese viaje sola.
¿Estamos los seres humanos realmente solos? Me pregunte mirando a la ventana mientras el bus partía. ¿Andamos solos enfrentando obstáculos? , volviendo a reflexionar, como lo hacía contigo. Luego, pude contestarme: Mientras estamos en nuestra búsqueda de sueños podemos encontrarnos con seres que tienen similares intereses. Aliados, amigos, conocidos que disfrutan el momento. Compartiendo sus vidas un buen rato; pero, luego, volvemos a despertamos y nos reencontramos con nuestra propia vida cara a cara. Y ahí nos damos cuenta que nuestro camino sigue su marcha y que el proceso que viviste junto con esos seres solo quedo en los recuerdos de una imagen plasmada en el tiempo.
Posdata 1: Sé que no te volveré a ver. Te fuiste en el tiempo y la verdad nunca pude saber que paso con nuestra amistad. No tengo respuesta ni una razón concreta. Preferiste huir de tus problemas y refugiarte en los viajes en busca de un mundo mejor; dejando a tus amigas preocupadas y sin saber nada de ti.
Tu adiós, para mi, fue con un mensaje en el messeger diciendo: “Majito perdóname por todo”.
Siempre intento descifrar el mensaje. No recuerdo que me hayas echo algo malo, y esa es mi razón para devolverte la respuesta a tu imploración , aunque sea por e-mail: “ Ju no tengo nada que perdonarte”
Posdata2: estimada Ju está carta te la envié hace mucho tiempo, pero quise agregarle algo más para enviártela. Recuerdo que me dijiste que le ponga en el hi5 para que todos supieran que fuiste mi amiga. Pues está carta estará en un lugar mejor: en mi blogger http://marijosec.blogspot.com/
Besos
Mary Pepi
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