Los niños de guerra: discriminación silenciosa

Las guerras no sólo han causado dolor en los seres humanos, también han dejado huellas y repercusiones futuras para los pueblos. Las guerras son el mayor ejemplo de discriminación que tiene el mundo- sobre todo-, cuando los niños son utilizados como objeto y no como seres humanos.

Según los estudios realizados sobre la infancia en Palestina, cada niño que nace no es considerado ser individual con derechos. Al contrario, ninguno tiene la oportunidad de elegir sobre su vida. Los niños palestinos e israelíes son educados para combatir al enemigo.

“El conflicto árabe-israelí dura ya 50 años. No es una guerra tradicional, sino encubierta. Una de sus consecuencias es el debilitamiento de los pilares de la sociedad. Es decir, de la familia, de la escuela, de la comunidad, de la sanidad y de la economía. Muchos de estos niños, además, se ven involucrados en enfrentamientos, convirtiéndose, en muchos casos, en el blanco de los ataques”. (1)

¿Dónde están sus derechos? Los niños que son criados para la guerra no pueden salir a salvo, pues todos se envuelven en la violencia que sufren millones de personas en todo el mundo.
La utilización de niños para combatir en las guerras construye una problemática de explotación laboral (son obligados a trabajar durante muchos días sin descanso y llevar armas pesadas), son maltratados moral y físicamente. Para las niñas es un caso traumático, pues no sólo son utilizadas para la guerra sino son obligadas a hacer de compañeras sexuales.

Datos Importantes:

* “Pakistán alberga a tres millones de refugiados afganos, la mitad de ellos niños. La mayoría de los que viven en Islamabad se dedican a hurgar en la basura”(2).

* “La situación ya era mala para la infancia de Afganistán antes de que comenzaran los bombardeos de Estados Unidos y Gran Bretaña pero ahora es peor, declaró Eric Laroche, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Afganistán. Como la mayoría de los niños están desnutridos y carecen de abrigo adecuado, Unicef estimó que 100.000 de ellos morirán este invierno de neumonía, diarrea y otras enfermedades” (3).