Basura mediática

Hace dos meses que egresé de la Universidad, he podido mirar demasiados desechos periodísticos que no deberían salir al aire en la televisión ecuatoriana. Desde tempranas horas de la mañana, luego de las noticias (que dicen lo mismo y mismo sin que cambie su estructura creativa para educar), vienen los dibujos animados llenados de entretenimiento vacío y –sobre todo-, de violencia motivadora. El famoso “Doraemo”, un gato del futuro que ayuda a un niño que no puede hacer nada por el mismo; “El chavo del ocho”, un niño tonto, pobre y huérfano; “Los Paweransher” o no se qué, que pelean con mostros de maldad, y mucha basura más que continua llenando la mañana sin nada interactivo de verdad.

Por otro lado, las famosas telenovelas que nos llenan las tardes de suspenso, crean historias de buenos y malos (que por lo regular también muestran maldad hacía el prójimo), no tiene nada productivo. Problemas para ayudar al público con un clima observacional maligno. Demasiada basura, desechos tóxicos que dañan, modifican o inducen en la conducta humana. Pero, ¿Qué nos pasa? ¡No tenemos nada bueno en la televisión ecuatoriana para aprender!

Quizás la nueva generación de “periodistas” en los medios tenga la culpa. La forma como narran los hechos de la basura es el problema. Recuerdo que hace unos 4 años atrás, empezó a sonar la famosa “Farándula Nacional” y los “famosos”, que resultaron ser los mismos periodistas con su show mediático. Aquellos que olvidaron el servicio social como principal trabajo para involucrarse en hechos que no representa un cambio social para las familias ecuatorianas. Ahora lo más “genial” e “importante” para la sociedad es saber que la “famosa X”, se operó los senos o le engaño a su mejor amiga.

¿Carajo, de que revolución mediática estamos hablando! Me da vergüenza de lo que sucede en mi Ecuador. Me da pena la forma como los “periodistas del futuro”, hacen de la televisión una telenovela de ellos mismos. Me da miedo creer que el círculo vicioso no tiene otra visión o espacio para aquellos que buscan hacer una mejor información. Se abren más puertas para los “pelucones” con sus ideas ridículas porque aportan al canal en forma económica. Aquellos que están por generación en la TV y dejan de herencia a sus hijos.

Bueno, en fin son hechos que deprimen mi perspectiva de vida y espero que no sea demasiado tarde para cambiar. Por qué si no cambian, tendrán que cambiar las familias, y eso, es más peligroso que mi decisión para no ver más basura de la TV.