14 de septiembre de 2009

Caso Honduras desde la mirada mediática (III parte)

Cartas sobre el asunto

El asunto de la “libertad de expresión” o mejor dicho, lo que nunca se aclara “libertad de prensa”, se ha ido debatiendo en varios países Latinoamericanos. Medios que buscan una solución a sus problemas de expresión y a quienes casi ya no se les cree nada.

No es que los Gobiernos tengan la culpa de todo, gran parte son de los mismos medios, como lo mencione arriba. Pero, otro de los problemas, es su parcialidad. Miran al mundo desde su propia subjetividad y no son capaces de buscar un nivel de equilibrio para moderar la información que cae en sus manos.

Eso se mostró en la conferencia que se realizo en la Universidad de las Américas, el 24 de junio de 2009, sobre “libertad de expresión”, y donde representantes de Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador debatieron la problemática de su oficio. Cada uno de los representantes dio su versión de los acontecimientos con los Gobiernos de turno. Sin embargo, nadie aportó con ninguna solución clara o por lo menos se autocriticaron. Todos en contra de sus Gobiernos.

Cuando algún panelista se dirigía con el mal trabajo periodístico, se sentían ofendidos y los declaraban Correistas (Esto sucedió con Daniela Hidalgo, estudiante de periodismo que dio una referencia sobre la falta de autocrítica de los medios. Finalmente, fue contestada por un panelista como Correista y nunca reflexionaron sobre la pregunta).

Entonces, me preguntó: ¿A que solución nos enfrentamos si al referirnos al trabajo del periodista, tenemos contestaciones como estas? Hasta las supuestas soluciones mediáticas por grandes representantes de los países tienen su versión parcializada. No hay más matices para reflexionar sobre el tema.

¿Cuál es la solución? Errores se van a cometer siempre, pero los medios deben tener un representante desde la sociedad que vigile y regule esa información. Una de las razones para estar de acuerdo con una de las reflexiones de César Ricaurte a cerca del control en los medios:

“…Es más, defiendo que, en democracia, los periodistas son un agente de control/veeduría fundamental sobre el Ejecutivo y el Legislativo, y creo que así debe seguir siendo. Los periodistas pueden y deben ser vigilados y, si fuera preciso, sancionados, pero lo debe hacer un poder judicial independiente y con las garantías debidas…” .

Volviendo a Honduras

Conociendo los puntos de partida de la Constitución de Honduras, se puede decir que políticamente ambos polos (Micheletti vs Zelaya), son hechos inconstitucionales. Por un lado, Zelaya se fue en contra de la normativa sin hacer caso a los Tribunales Hondureños. Por otro, Micheletti que asumió el cargo cuando las fuerzas militares realizaron un golpe de Estado. Se puede decir, que no asumió su cargo democráticamente.

Ahora ¿Qué hacen los medios cuando se encuentran en una situación política de esa magnitud?

Horas después que el Presidente Manuel Zelaya fuera desterrado por la fuerza militar a Costa Rica, varios medios de comunicación (TELESUR, CNN y países cercanos), difundieron la información en vivo y en directo con imágenes de archivo. Una gran polémica con imágenes pasadas como si fuesen de último minuto. Es verdad, que el hecho era coyuntural para cualquier país, pero se les paso la mano.

Si la información hubiera sido más clara no tendríamos a un Micheletti, como el malo de la política ni visto como un “dictador”. No tendríamos a un Manuel Zelaya, victima de las fuerzas militares, ni un pueblo confundido por la situación actual. El problema de todo medio es que se les olvida mostrar el hecho más profundamente.
Eso se mostro en el análisis anterior (Caso: Emilio Palacio). Ejemplos para demostrar que las falencias del oficio periodístico no son aisladas. Se ve y se siente en todos los lugares donde se realiza la información.

¿Qué hacer? Cualquier periodista que se está formando debe considerar que el servicio a la sociedad esta primero. Sus tendencias políticas y puntos de vista después, o por lo menos decir todo lo que quieran en su espacio personal como un blog o editorial. Pero, eso si, jamás confundir a la sociedad sin mostrar lo que verdaderamente son: actores políticos de la información.

La autocrítica es buena, fundamental, necesaria. Quieran o no los medios deben tener presente que todos se equivocan, pero más presente que no es una justificación para hacer lo que quieran. Deben estar dispuestos a escuchar a los que opinan diferente y tratar en cada información encontrar el equilibrio de los hechos y no solo la conveniencia.

Reitero todo lo dicho en este capítulo como parte de mis conclusiones, pues es importante darse cuenta de todos los errores graves que está cometiendo la prensa. Es más, darse cuenta que se les ve ridícula la posición de victimas. Se que no todos los periodistas son así, pero los medios son quienes los posicionan para quedarse en sus Instituciones. Talvés la falla más grande está ahí: En las Instituciones Mediáticas.

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