La Asamblea Nacional de Ecuador
inicio con el primer debate al proyecto de reformas a la Ley de Registro Civil,
Identificación y Cedulación, el mismo que busca que la pareja tenga la libertad
de llegar a un acuerdo para elegir el primer apellido de sus descendientes. El
orden de los apellidos para el primer hijo o hija regirá para el resto de la
descendencia de este vínculo.
Además busca eliminar los siguientes datos: instrucción
académica, por considerarlo discriminatorio; los nombres de los padres, por
inconstitucional (Art. 69, numeral 7), y que la mujer no utilice el
apellido de su cónyuge precedido de la preposición “de”.
Aunque aún se encuentra en análisis,
en mi opinión, retirar datos importantes como la instrucción académica o los
nombres de los padres, más que buscar equidad como pretende la propuesta es
buscar desigualdad. Es dejarnos sin identidad. (¿Quiénes somos?). Si deciden dejarnos sin datos importantes en
un documento indispensable para el ciudadano, mejor dejen al ecuatoriano a la buena de Dios. Sin nada que lo
identifique.
Ahora, en lo que sí estoy de
acuerdo es en retirar la preposición “de” cuando una mujer se casa o
simplemente algo más justo: si el hombre tiene una especie de propiedad de la
esposa cuando se casa, porque el esposo no utiliza también esa preposición. Es
decir, los dos llevarían el “de”. Me parece justo e igualitario en todo el
sentido de la palabra.
Por último, a veces considero
que en la Asamblea se dedican a debatir temas que como expreso el legislador
Alfredo Ortiz, en una de sus intervenciones en torno al cambio del orden de
apellidos de los hijos, es pura novelería.
Hay temas más importantes que deben ser analizados, el mismo proyecto de
Ley de Comunicación o proyecto de Código Penal por ejemplo. Quien sabe que por
campaña electoral nos hacemos de la vista gorda poniendo una problemática en
algo que no existe. Simplemente para que
los ojos de los ecuatorianos se descuiden de temas necesarios para el país.
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